Día 3 – Aclimatación

El apretado plan de viaje nos dejaba poco tiempo para acostumbrar el cuerpo a la altitud a la que íbamos a trabajar los próximos días. Quito, la capital de Ecuador y el punto de partida de nuestra expedición, está situada a unos 2850 metros de altitud, por lo que es la capital más alta del mundo (la montaña más alta de Alemania, la Zugspitze, alcanza 2962 metros en su cima), pero queríamos subir más alto: en los próximos días íbamos a tomar muestras en algunos de los glaciares a mayor altitud del mundo, y la menor cantidad de oxígeno en el aire seguramente sería una dificultad.

Para ir aclimatándonos lo mejor posible, subimos al Pichincha, un volcán activo considerado la «montaña local» de Quito que tiene bastante más de 4000 metros de altura. Hace 200 años, Alexander von Humboldt también escaló el Pichincha en su viaje, así que literalmente estábamos siguiendo sus huellas. Por desgracia, la visibilidad no era óptima y la lluvia y el viento complicaron mucho la ascensión.  No obstante, y pese a lo encapotado del cielo, conseguimos hacer las primeras fotografías de prueba con la cámara robotizada de Dirk y, aunque las vistas no fueron lo mejor del día, el cielo nublado nos proporcionó una luz perfecta para hacer fotos de la flora y la fauna.

Blick auf Quito vom Rucu Pichincha

Además, por el camino pudimos someter al equipo que trajimos a otra prueba en altura y, a pesar de las regulares condiciones meteorológicas, quedamos satisfechos con este primer día sobre el terreno.

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