En busca de otro testigo, subimos al Cotopaxi, que con 5897 metros es la segunda montaña más alta de Ecuador y un volcán todavía activo. En 2015 fue la última ocasión que se pudo observar una nube de cenizas y una explosión en su interior.
Debido a las previsiones meteorológicas y a la duración de nuestro proyecto, íbamos con prisa desde el principio. Tras un viaje de dos horas, una caminata de unas dos horas y media nos llevó hasta el glaciar. Por desgracia, tuvimos mala suerte con el tiempo, que a las 9:30 dejó de colaborar. Así que ya durante el ascenso nos vimos rodeados por la niebla.
Desde el aparcamiento, una caminata de unas dos horas y media nos llevó hasta el glaciar. No pasó mucho rato hasta que nos vimos rodeados de lluvia y niebla. Así que hoy no hubo fotos panorámicas que permitieran sacar conclusiones.
Al final llegamos al glaciar, no bajo la nieve, sino bajo la lluvia. 5 °C es demasiado calor para un glaciar, así que todo eran chapoteos y gorgoteos.
Bien encordados, trepamos la lengua del glaciar y preparamos el lugar de perforación.
A pesar de que la lluvia cada vez era más fuerte, conseguimos sacar un testigo y, alrededor de las 13:00 horas, lo embalamos en la mochila para el descenso y emprendimos el regreso hasta el pie del Cotopaxi.
